En la época o la generación en la que estamos viviendo cuán común se ha hecho escuchar que las personas tienen depresión, sentimientos de inferioridad, baja autoestima, infelicidad, sentimientos de fracaso, entero otros desajustes emocionales y mentales…
Y pudiésemos atribuir en un 80% de estos casos a un comienzo en la comparación. Y usted diría cómo es posible! Cuando una persona busca y abre una aplicación de las redes sociales comienza a ver el nuevo vehículo que se compró Juan; la nueva casa que se compro Maria; las vacaciones épicas de los Rivera; el trabajo excelente de Carlos, el cuerpo perfecto de Jennifer López, el matrimonio perfecto de los Rodríguez… y comienza a pensar; la carcacha de carro que yo tengo, la casita vieja en la que vivo, como no me llevan de vacaciones ni de aquí a la esquina, la basura de trabajo que tengo que no me da para vivir, lo gorda que estoy, el desastre que tengo en mi matrimonio. Como no se va a deprimir o a sentir descontenta.
La palabra comparación es la acción y resultado de comparar. Es simplemente la evaluación para establecer semejanzas y diferencias entre cosas. Vivimos rodeados de oportunidades para compararnos.
Desafortunadamente la comparación nos lleva a la envidia. Y que exactamente es la envidia; es un sentimiento de pesar o de recelo por el bien ajeno o por creer que los otros gozan de mayor estima y consideración. Y también resulta en celos; envidia de los triunfos ajenos.
Consideremos que dice la Biblia:
“Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.” Santiago 4:2 RVR1960
Este mismo verso en la versión Nueva Traducción Viviente dice:
“Desean lo que no tienen, entonces traman y hasta matan para conseguirlo. Envidian lo que otros tienen, pero no pueden obtenerlo, por eso luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo, no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios.” Santiago 4:2 NTV
Debemos tener mucho cuidado de no caer en el juego de la comparación porque muchas veces los demás no son lo que parecen ser… Se Tú! Se auténtica y original!