Como mujeres (y hombres) de Dios sabemos que tenemos que ser humildes; es más; es un requisito para el acercamiento a la presencia de Dios. Pero, ¿qué significa ser humilde? ¿Cuál es la verdadera humildad? La humildad es una virtud que se manifiesta en algunos hombres y mujeres de Dios. No es un sentido de inferioridad y no es vivir en la miseria aunque su significado literal es aplicado en ocasiones a la pobreza. La definición de humildad es: la condición de la persona que actúa sin orgullo, sin presumir de sus méritos y reconociendo sus defectos o sus errores. Reconocimiento de la propia limitación de la persona. Vivir en pobreza o en escasos recursos. La humildad es lo contrario a el orgullo, la jactancia, o la altivez.
Cuando somos verdaderamente humildes, esa humildad nos permite tener un concepto adecuado de nosotros mismos con relación a Dios y a los hombres. Podemos reconocer las virtudes de otros (que son mejores que nosotros en algún ámbito) y reconocemos que aunque nosotros tengamos virtudes que aventajen a otros, esa Gloria le pertenece a Dios!
“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” Romanos 12:3
Hay bendición para la persona que se desprende de sus logros y conocimientos para reconocer que si hay alguna virtud (o grandeza) en el o ella realmente proviene de Dios.
“si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” 2 Crónicas 7:14
“Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo; Hermoseará a los humildes con la salvación.” Salmos 149:4
Es de suma importancia entender que por el contrario el orgullo, la altivez y la arrogancia nos alejan de la presencia de Dios y nos hace indeseables a los que nos rodean; porque pensamos que somos mejores que ellos.
“Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; Mas con los humildes está la sabiduría.” Proverbios 11:2
“Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu.” Proverbios 16:18
“Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.” Romanos 12:16
Seamos humildes; reconociendo que toda virtud, nuestros talentos, y nuestros méritos; si hay alguna virtud o gloria; le pertenece a Dios. El es el grande! La Gloria es y siempre sera de Dios!