Como mujer cristiana estamos llamadas a ser diferentes. A lo largo de la historia en la Biblia, Dios le dijo repetidamente al pueblo de Israel que necesitaban ser diferentes; que no podían adoptar los comportamientos y conductas de las naciones que los rodeaban; y él les da una razón … ¡Porque Él era (y sigue siendo) un Dios Santo!
Él quiere tener una relación con nosotros, pero los comportamientos mundanos nos separan de su presencia … de la presencia del Dios todopoderoso.
Hay muchos ejemplos en la Biblia de mujeres que eran diferentes, y su diferencia era agradable a los ojos del Señor. Mujeres como Deborah, Ruth, Esther y Maria, la madre de Jesús.
“Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot;” Jueces 4:4
“Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, Hasta que yo Débora me levanté, Me levanté como madre en Israel.” Jueces 5:7
Aquí tenemos algunas cosas que como Mujeres de Dios debemos estar atentas para ser diferentes al mundo:
- Manténgase alejado de la idolatría: esta fue la razón número uno por la cual el pueblo de Israel se alejó de Dios una y otra vez. Fueron tras sus falsos dioses. Hoy en día todavía hay falsos dioses; su casa, su automóvil, su teléfono, sus posesiones, su dinero, sus hijos, su esposo. Debemos tener mucho cuidado de no convertir las cosas y las personas que amamos en ídolos.
- Debemos mantenernos alejados de la sensualidad y la lujuria. Otra razón por la cual el pueblo de Israel se alejó de la presencia de Dios fue la caída a la inmoralidad sexual. Como mujeres de Dios debemos ser especialmente cautelosas para no ser un obstáculo para ningún hombre. La forma en que caminamos, nos vestimos y nos presentamos tiene que ir de acuerdo con la Palabra de Dios. Si mi atuendo es demasiado ajustado, demasiado revelador, demasiado provocativo; Puedo convertirme fácilmente en la razón por la cual un hombre (o mujer) manifestarían lujuria. Como una mujer hermosa que eres, la gente te mirará independientemente como estes vestida, pero cuando la sensualidad esta presente, la lujuria se abrirá camino.
- La forma en que actúas. Nuestro comportamiento como mujer de Dios necesita modelar nuestro amor y pasión por Jesucristo. La envidia, odio, celos, crueldad; son características personales que no deberían formar parte de nuestro paquete. El mundo está lleno de estas cosas. Deberíamos modelar el carácter de Cristo; amoroso, amable, generoso, pacificador, debemos ser un reflejo de nuestro Señor Jesucristo.
- Debemos asociarnos con personas que viven una vida digna de modelar; porque cuando pasas tiempo con las personas, comienzas a actuar como ellos y comienzas a hablar como ellos. Cuando el Apóstol Pedro fue al patio para ver qué estaba pasando con Jesús, estaba actuando como si no conociera a Jesús, pero una mujer lo vio y dijo: “¡Eres uno de ellos! Actúas como ellos y hablas como ellos”. Lo que me lleva al punto número 5.
- La forma en que hablas. Si queremos ser una inspiración para los demás, debemos hablar el lenguaje del reino de Dios. No podemos hablar como lo hace el mundo. Debemos proteger nuestras lenguas de la blasfemia, del chisme, y del menospreciar a los demás. Dios tiene un plan y un propósito con todos… No solo contigo! Por lo tanto, debemos tener mucho cuidado de no destruir con nuestras lenguas lo que el Señor está construyendo con sus manos. Formemos parte de las conversaciones que son alentadoras, de inspiración y motivación; no lo contrario.
Seamos la mujer de Dios que él nos diseñó para ser; ¡esa mujer que marcaría la diferencia en su mundo!